Puede que hayamos levantado altos muros por todos los lados, para protegernos
de tal modo que la Conciencia de Krishna no pueda entrar, pero Krishna es un
ladrón y un ladrón no necesita invitación; no hacen falta preparativos para
darle la bienvenida. Él entrará para Su propio beneficio y ese es nuestro
consuelo. Nuestro consuelo es que Krishna es un ladrón. Maya ha erigido sus altos muros por todas partes, pero nada es
suficiente para detener la Conciencia de Krishna. Krishna es un ladrón y un día entrará sigilosamente.
Un devoto puede perder las esperanzas pensando: “El enemigo está en mi propia casa, mis parientes son mis adversarios.
Estoy desesperado”. Podemos desilusionarnos, pero la Conciencia de Krishna
no nos abandonará de ningún modo. Krishna perseverará y a su debido tiempo
vencerá. Las otras cosas tendrán que marcharse, sin importar cuán íntimamente
relacionadas puedan estar, en habitaciones privadas y bien protegidas de
nuestros corazones. Tendrán que despedirse de todos los rincones de nuestros
corazones. Krishna vencerá. Krishna lo
capturará todo. Los indeseables deseos lujuriosos de nuestros corazones
son algo foráneo; son sólo champiñones. Aparecen como champiñones, pero carecen
de raíz o estabilidad permanente; no están arraigados al suelo. Podremos
considerar que lo que hemos almacenado en nuestros corazones nos es muy
cercano y querido y que se ha fundido con nosotros, como una parte de nuestra
existencia, pero cuando la Conciencia de Krishna entre, todo ello flotará, como
si fuesen champiñones.
Al fin y al cabo son champiñones: No tienen agarre, conexión con el
suelo. Están sólo flotando. Todos los intereses materiales están sólo flotando
en la superficie. No están profundamente arraigados dentro y fuera del conjunto
de nuestra existencia. Sólo la Conciencia de Krishna existe por doquier, en
todas las facetas de nuestra vida. Así pues, los champiñones tendrán que
desaparecer un día. Esto lo confirma el Srîmad-Bhâgavatam
(2.8.5):
Pravistah Karna
– randhrena
Svanam bhava –
saroruham
Dhunoti samalam
krsnah
Salisasya yatha
sarat
Cuando Krishna entra al corazón a través del oído, captura el loto del
corazón y entonces, poco a poco, hace que desaparezca toda la suciedad del
mismo. Así como al llegar el otoño el agua se purifica en todas partes, cuando
Krishna entre en nuestros corazones, todas las impurezas se desvanecerán
paulatinamente y sólo Él permanecerá para siempre.
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