
Antes que nada debemos comprender que
Krishna es sólo bondad y en consecuencia, todo lo que emana de Él tiene que ser
bueno, si hay algún defecto, está en nosotros, somos usurpadores; Él no es un
usurpador, sino que exhibe eso como Su lîlâ,
Su juego. Todo le pertenece, por eso no hay falsedad, Él dijo: “Hágase la luz”
y hubo luz; “Hágase el agua” y hubo agua. ¿Cómo puede haber falsedad en Él si
posee semejante potencial?
Tenemos que sacrificarnos por Krishna,
porque Él es el amor, la belleza y la bondad absoluta. Se necesita fe y
desinterés a un grado tan alto. Si aceptamos conciencia de Krishna como nuestro
ideal más elevado, tendremos que sacrificarnos mucho; pero sacrificio significa
vida: “Morir para vivir”. No hay pérdida en el sacrificio, entregándonos sólo
podemos ganar.
Así pues, el kîrtana, la prédica, ha sido aceptada como el medio para llegar al
fin. Hay tantos métodos mediante los cuales podemos acercarnos con kîrtana a las almas de este mundo: De
persona a persona, a través de libros y ejecutando sankîrtana, cantando el Santo Nombre en congregación. Ayudando a
otros nos ayudamos a nosotros mismos; fomentamos nuestra fortuna y nuestra fe.
Nuestro kîrtana no bendecirá sólo a
los demás, sino que nosotros también nos beneficiaremos eternamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario