domingo, 30 de marzo de 2014

LOS 4 PILARES DE LA RELIGIÓN

En las Escrituras Védicas se enseñan diferentes procesos religiosos con el fin de ayudar a las almas condicionadas a avanzar en el desarrollo de Conciencia de Krishna. Por otro lado, existen distintos tipos de fe religiosa en el mundo, y los seres humanos se identifican con una religión específica, ya sea cristiana, islámica, hindú, etc.
Sin embargo, como dice el refrán: “No todo lo que brilla es oro”, es decir, a menudo la fe religiosa se convierte en otro tipo de identificación material, hasta el punto de que se utiliza para generar conflictos y divisiones entre los seres humanos.
En realidad, tanto Dios como el alma no son ni cristianos, ni hindúes, ni musulmanes, ni de ninguna denominación religiosa. El Señor Supremo es el padre de todos los seres vivos y está más allá de las “etiquetas” que los diminutos seres humanos apliquemos. Lo que a Él le interesa es la sinceridad de propósito, el amor que el alma manifieste o que, por lo menos, intente desarrollar.
Lamentablemente, en muchos casos, la gente tiene interés únicamente en procesos de religión materialista, lo cual significa dirigirse a Dios únicamente para pedirle beneficios materiales como dinero, salud, amor material, entre otras cosas.
El Srimad Bhagavatam, el fruto maduro de todas las Escrituras Védicas,  denomina a ese tipo de religión como  kaitava-dharma, lo cual significa “religión de engaño”.
La religión verdadera es aquella que enseña a las personas a comprender y amar a Dios. Ese proceso debe estar libre de intereses egoístas. El Srimad Bhagavatam  también nos enseña a reconocer si un proceso es religioso o no en base a que se sostenga sobre cuatro pilares esenciales.
Esos cuatro pilares son los principios básicos de la religión y son los siguientes:
  • La Veracidad
  • La pureza (o limpieza)
  • La austeridad
  • La misericordia
Una persona realmente religiosa debe vivir de acuerdo a los cuatro principios básicos. Eso significa seguir los cuatro principios reguladores de no comer carne, ni huevos, ni pescado; evitar el consumo de drogas de todo tipo y de alcohol; evitar los juegos de azar y evitar la vida sexual ilícita. Esos cuatro principios regulativos ayudan a mantener en pie los cuatro pilares de la religión.

Todo proceso que se denomina religioso tiene que fomentar de un modo práctico estos cuatro principios. Desafortunadamente, en la sociedad moderna esos principios brillan por su ausencia.
En lugar de la veracidad encontramos todo tipo de propaganda falsa, que promete la felicidad a cambio de consumismo. También encontramos todo tipo de juegos de azar, los cuales fomentan la mentalidad deshonesta de querer ganar mucho a cambio de poco. En lugar de la pureza, nos enfrentamos a todo tipo de vicios. Especialmente la vida sexual ilícita e irrestricta es aceptada como algo positivo para la mayoría de las personas.
El resultado de esa mentalidad es que la gente está llena de deseos desenfrenados de complacer los sentidos. La gente piensa principalmente en exprimir al máximo los sentidos, en lugar de pensar en hacer el bien a los demás. El principio de austeridad, prácticamente hablando, ni se sabe lo que es. La gente se ha acostumbrado a vivir de un modo indisciplinado y caprichoso. En vez de dedicar tiempo a crecer espiritualmente, lo malgastan en actividades perjudiciales para ellos y para los demás como fumar, beber alcohol y visitar lugares de ocio en los que se fomenta únicamente una mentalidad atea, materialista y viciosa.
En cuanto a la misericordia, no tenemos más que observar cómo se alimentan los seres humanos actuales. Existen decenas de miles de mataderos en el mundo, en los que se matan innecesariamente de un modo desenfrenado a millones de animales inocentes todos los días, con el fin de satisfacer el paladar de las personas.
Si utilizamos un poco el sentido común, podemos darnos cuenta con facilidad de que, a menos que la gente viva de verdad según los 4 principios de la religión, no puede haber paz en el mundo. Y ¿Cómo puede haber felicidad sin paz?

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